Hoy es

BELEN FERRI, PREGONERA DE FERIA 2022

 

Pregón íntegro de Belén Ferri Ñiguez, glosado el 22 de julio de 2022. Belén es profesora colaboradora de la Facultad de Medicina de Murcia desde el año 2009, tutora de residentes desde el 2018 y desde el año 2019, vocal tutor hospitalario de la Comisión de Docencia de su hospital. Es miembro de la Sociedad Española de Anatomía Patológica y miembro de los clubes de Nefropatología, Uropatología, Patología Pediátrica y del Grupo Español del Melanoma y de Investigación en Sarcomas.

También es miembro de la Sociedad Española de Anomalías Vasculares de la que es patóloga consultora del área del
Sureste. Y este fue su pregón:

"Buenas noches, Ilustrísima alcaldesa, miembros de la corporación municipal, autoridades, reinas y damas de las fiestas, vecinos, amigos, familiares, ¡paisanos de Almoradí! No puedo comenzar con otras palabras que no sean para expresaros mi más sincero agradecimiento al confiar en mí para anunciar esta Feria y Fiestas en honor a nuestros Santicos de la Piedra, San Abdón y San Senén. Es, para mí y mi familia, un gran orgullo y honor. La Sra. Alcaldesa ha delegado en mí una función que a ella corresponde y, en su nombre, en lo que representa, en nombre del pueblo y de forma consentida y aceptada, me convierte en la voz de todos vosotros por lo que, se podrán imaginar, la responsabilidad que tengo es enorme. Puede sonar a tópico y pueden pensar que me repito en las palabras de mis predecesores pregoneros, pero les tengo que asegurar que son recurrentes los sentimientos que ellos les han relatado año tras año desde aquí. No sé si les puedo trasladar la emoción que se siente, más si cabe, después de que muchos de vosotros, de forma directa o indirecta, me hayáis trasladado vuestras felicitaciones y seáis partícipes, conmigo, de este momento. Muchos de vosotros estáis aquí también de forma desinteresada. Muy agradecida por todo ello, lo llevaré en mi memoria y corazón toda mi vida. No soy la primera que no respondí inmediatamente a la llamada de su alcalde para este fin. Ya les pasó a otro pregonero y al alcalde D. Antonio A. Hurtado hace unos años. En su momento me disculpé con la alcaldesa y de nuevo lo hago aquí públicamente. Un número desconocido me llamó una tarde de finales de mayo y, pensando que podría tratarse de un teleoperador, rechacé la llamada. Una desfachatez por mi parte, lo reconozco, una vez sabido el contenido de la misma. A los pocos minutos, ella contactó conmigo por WhatsApp identificándose. En el rato transcurrido hasta que me volvió a llamar, anduve pensando que su interés por hablar conmigo radicaría probablemente en hacerme una consulta médica, relacionada con el resultado de alguna biopsia que es a lo que yo me dedico. También pensé que me podrían invitar a dar una charla en el ayuntamiento de algún tema médico y así estuve un rato, dándole vueltas al posible asunto de su llamada. Mi sorpresa fue que, después de negarme ella estos supuestos, me ofreció ser la pregonera. ¿Yo?, por varias veces repetí con voz alzada, y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Nunca imaginé tal encargo. Yo entre todos los posibles. Tan nerviosa y estupefacta me sintió que me dejó que transcurrieran unos días para darle una respuesta. Coincidió con una guardia mía de fin de semana y, entre valoración de trasplante y trasplante, la propuesta no se me iba de la cabeza. Primero me tuve que reponer de la emoción, después es cuando la pregunta de por qué yo, no dejó de repetirse en mi cabeza. ¿Qué les puedo yo contar a mis paisanos? ¿Qué les puede interesar de mí? Pero enseguida me venían a la mente sus palabras ¿acaso no resides fuera de Almoradí? A lo que contesté: sí claro, vivo, trabajo y estoy empadronada en Murcia. Y, ¿acaso no quieres a tu pueblo? Por supuesto, ¡como a mi vida! Le respondí. Pues no necesitas nada más, me dijo...Y a partir de ese momento, una tormenta de ideas y anécdotas de mi infancia y adolescencia, empezaron a amontonarse pidiendo paso para ser aquí nombradas. Y pensé: si es por amor a mi pueblo y por amor a sus gentes, mi respuesta tenía que ser necesariamente un sí. Sí, allí estaré, le contesté cuando me volvió a llamar. Y aquí estoy, frente a vosotros, una calurosa noche de julio, pregonando nuestra Feria y Fiestas en el año en que se celebra su 150 aniversario.
Feria y Fiestas de Almoradí. Tradición. Arraigo. Costumbre. No concebimos un verano sin ellas. Paréntesis estival, cita imperdonable para la mayoría de los vecinos, residentes en el pueblo o no, a la que acudimos aunque sea solo por unos días o por unas horas… Cita que nos ha sido arrebatada en estos dos últimos años. Como tantas otras cosas, pero sobre todo, como tantas vidas. Pandemia. Palabra maldita que no
podemos ni debemos olvidar. Estamos aquí porque “lo duro” ha pasado, porque ya es tiempo de convivir, de celebrar, de disfrutar, de ser felices. Recuperar el tiempo perdido. Tiempo de incertidumbre, de incredulidad, de angustia, de impotencia, de sufrimiento, de dolor… ¿Quién nos lo iba a decir? No han sido tiempos fáciles ni para ustedes, ni para los que no están con nosotros, ni para los sanitarios, ni para otros muchos profesionales de seguridad, de servicios, etc., que han velado por nosotros, que de cerca tuvieron que enfrentarse a esta calamidad sin precedentes en nuestra memoria. La sociedad no se recuperará del todo como tampoco lo haremos los profesionales sanitarios, que estamos viviendo y sufriendo como herencia la fatiga y saturación del sistema con los perjuicios que supone, además, para el resto de pacientes y que seguro ustedes están padeciendo y entienden. Y que se nos está complicando ahora mucho más con la falta de sanitarios que irremediablemente lleva a que la situación en centros de salud y hospitales sea todavía más crítica. Y todo esto nos sobrevino cuando nuestro pueblo se estaba recuperando de otra tragedia, la DANA. Y es que, lo que nos ha tocado vivir desde que se dieron por concluidas las últimas fiestas celebradas, las del año 2019, ha sido algo inédito. Fue en el mes de septiembre de ese año cuando unas lluvias en cantidades ingentes hicieron que una buena parte del pueblo sufriera inundaciones. También la huerta. Bueno, todo lo que a su paso sepultó esa lengua de agua provocada por la rotura del margen izquierdo del río. Tengo las palabras de mi hermano Jose, policía local, traspasadas en mi corazón cuando, a pie de río, vio cómo el muro se rompía y el agua tomó como cauce el Polígono y el Gabato y de ahí fue anegando todo lo que a su paso encontró. Por suerte, no hubo que lamentar víctimas. Yo lo viví en la distancia, en Murcia. Toda mi familia estaba aquí, incomunicada, también mi marido y mi hijo. Yo estaba de guardia, pues me tocó trabajar en el puente de la Fuensanta, las fiestas de Murcia. Pasé los 5 días más amargos de mi vida. Imposible venir, ver a mi familia, entrar a mi pueblo, a mi casa. 5 días con sus 5 noches pendiente de las informaciones del móvil. La fuerza arrolladora del agua, como ya ocurrió en el año 87, nos volvió a alertar de lo que la naturaleza y la actuación del hombre son capaces de hacer. Y Almoradí, nuestro pueblo, con mucho esfuerzo, resurgió entonces como lo está haciendo ahora. Almoradí. Sí, lo digo con orgullo. Aquí nací, aquí crecí y aquí me formé. Amparada por nuestra Patrona la Virgen del Perpetuo Socorro, también patrona de nosotros, los médicos. Fue el inicio del camino, rodeada de vosotros. Por eso, mi más afectuoso recuerdo en esta noche va para todos aquellos familiares, amigos, compañeros y profesores que contribuyeron a mi formación. Nombro a uno y me dejo a muchos. En E.G.B., a D. Vicente Nebot, a quien recuerdo ayudar a explicar la circulación y respiración con corazones y pulmones de cerdo comprados en la carnicería. A los de Bachillerato, con los que forjé los pilares con los que poder estudiar lo que más me gusta en esta vida. Ya en esa época, mi vecina Carmen “la Berenguela” y Pepe, el padre de mi amiga Esther, ya me veían y llamaban doctora y eso que él era ciego. Veintidós años acabo de cumplir trabajando en Murcia, el “sitio que me da de comer” pero yo, de donde soy y me siento, es de aquí, de Almoradí. Allí ejerzo una especialidad médica que debo a mis mentores, maestros y paisanos (que muchos conoceréis) José Antonio Ruiz Maciá (“el bonico”) y Joaquín Sola Pérez, (pregonero también en el año 1995). A ellos, a mis jefes, a otros muchos compañeros, debo quien profesionalmente soy hoy. Pero, por supuesto, a quien también se lo debo, es a mis padres, Mauricio y Loli, quien con su férreo trabajo pudieron darme la oportunidad de estudiar esta carrera con la que cumplir mi sueño, que más que trabajo, lo considero vocación. A mis hermanos Loli, Mauri y Jose, con quienes compartimos aquellos años de “repartir” mientras estudiábamos los cuatro a la vez. A mis abuelos, Manolo (“el bigote”) y Lola (“la Hurtá”) quienes, a su manera, nos llevaron de su mano todos esos años. Y, ahora, a mi marido e hijo por entender mis ausencias en el tiempo de estudio y formación y en las horas extras que dedico a mi trabajo, al que tengo verdadera pasión y entrega. Valores que, sin duda, nos han transmitido mis padres a mis hermanos y a mí. Él, hoy mismo, sigue fiel a su huerta, pendiente de sus tandas, de escardar, de fumigar. La atiende de forma incansable, sin horarios. Horarios que tampoco tiene ni tuvo mi madre a la hora trabajar en casa, de atender y cuidar de nuestra familia. Feria y Fiestas de Almoradí. Algarabía, alboradas, amaneceres…, tributo a la huerta, devoción a los Santicos de la Piedra, carrozas, verbena, juegos infantiles, torneos, exhibiciones, tercera edad, atracciones, conciertos…. Moros y Cristianos, soporte de ellas y culminación de las mismas, retreta, charangas, desfiles multicolores, noches de kábilas y cuartelillos, trabucos, despertás... Integración de generaciones: abuelos, padres, hijos, nietos…, de vecinos, que hacen que cada año, en esta plaza, en este pueblo, se vuelvan a vivir momentos irrepetibles, recuerdos imborrables. Cada uno de nosotros tenemos algún momento especial o personal en relación a la feria y fiestas. En el carrusel, en la noria, en los puestos de feria. Con qué ansia se aguardaba a que llegara el día que te habían prometido tus abuelos, padres o padrinos para “feriarte”. Menajes de cocina, sets de peluquería, muñecas..., ya teníamos entretenimiento para el resto del verano. Y ya de adolescente, guardo en mi mente, mis primeras noches de conciertos en el Pabellón Municipal y alguna fiesta incluso en el Mercado de Ganados y en la Plaza de la Libertad. Recién inaugurada esta plaza, recuerdo que por amabilidad del alcalde D. Antonio Manzanera, tuvimos la ocasión de saludar a Manolo Escobar en el jardín de nuestro amigo Salvaorico. Discusión con los padres por conseguir llegar cada vez más tarde. Colas de madrugada para conseguir una barra de pan caliente con aceite o manteca en el horno de la calle San Francisco. Y de ahí a los Alfeitamí, fin de la noche, primeros rayos de sol del día, cierre de kábilas. El libro de la Feria, tan esperado todos los años en todas las casas. Lectura obligada que nos aporta detalles que nos hace preguntar a nuestros mayores. Como yo, que lo hacía a mis abuelos, tomando el fresco sentados en unas mecedoras en la acera, allí donde linda el pueblo con la huerta. Tradiciones, costumbres que seguimos manteniendo hasta hoy mismo, con los mismos mimbres de antaño, y ya van unos cuantos años. Feria y Fiestas de Almoradí. Recuerdos. Ausencias. Añoranza. De aquellos que acrecentaron el sentimiento de ser de Almoradí, sentimiento que debemos mantener y fomentar, de manera que nos sintamos orgullosos de pertenecer a un pueblo que ha sido y es huertano, empresario, emporio de la comarca, creativo, generoso, en evolución constante. En palabras de D. Antonio Sequeros: Almoradí, pulcra, activa, emprendedora, que asocia sus blasones, llenos de historia, el ansia de riqueza y la ambición de hegemonía. Y de esa forma poder compartir con nuestros pueblos vecinos, las inquietudes y necesidades que a todos nos preocupan e interesan. Esto también forma parte de la celebración que hoy comenzamos, sin aquellos apoyos y esfuerzos de nuestras gentes, nos sería difícil mantener la ilusión por unas fiestas tan tradicionales que han sido y siguen siendo referente de momentos de convivencia y reunión no solo para nosotros sino también para nuestros pueblos aledaños desde sus comienzos. Que las plazas y las calles se transformen en lugares llenos de vida, de conversaciones y que nos acerquen a los demás. El pueblo lo merece (vosotros lo merecéis) después de estos años llenos de dificultades. Feria y Fiestas de Almoradí. Reclamo. Atracción. Demostración. Que sirvan para sacarnos de nuestras rutinas, de lo cotidiano, de nuestras tristezas. Sigamos haciendo que nuestras fiestas sean un verdadero escaparate y muestra para las personas que nos visitan. Que sirvan también de exposición de nuestra hostelería, de nuestros comercios, de nuestra huerta y productos tradicionales y actúen como espejo donde podamos ver reflejado el espíritu de Almoradí. Como diría A. Sequeros en su Teoría de la huerta, La verdad de los pueblos, como la verdad de los hombres, está en no ser traidores a su estirpe; y su éxito, en saber administrar su potencial espiritual sin torcer su destino histórico. Feria y Fiestas de Almoradí. Volver. Quedar. Estar. Qué gran privilegio el mío, ser elegida pregonera el año en que se reanudan, el año en que todo vuelve a ser como antes, el año en que podemos retomar nuestras costumbres que nos devuelven a nuestras raíces. 150 años disfrutando de ellas, muchos de ellos compartiendo, vosotros y con vosotros, y sabedora de la importancia que para todos tiene la celebración de ellas, “Mi voluntad y mi deseo” es, con esperanza y con el corazón, que esta Feria y Fiestas que hoy comienzan nos permitan disfrutar desde dentro, con intensidad, respeto y emoción, del programa que ha elaborado la corporación y que, tal y como se relató en la prensa en aquella época: “promete ser muy animada, gracias al celo desplegado por la comisión que entiende en los trabajos de organización de la misma”. Disfrutar de este nuestro pueblo, de esta sociedad plural en la que estamos inmersos, y pediros, tanto a vecinos como festeros, que actuemos con responsabilidad, dando lo mejor de cada uno, que recuperemos la ilusión y seamos capaces de compartirla. Para despedirme, permitidme que relate, de nuevo, unos párrafos atemporales y, a la vez, actuales de A. Sequeros de hace casi 60 años: ¡Noches de Feria! Luces, músicas, ilusiones...Todo fundido en el amplio recinto de tus anchas calles, de tu plaza monumental. Desbordante entusiasmo de juventud que lo inunda todo, que lo llena todo, que lo contagia todo. Hasta la vejez que se asoma a tu recinto para recordar, para soñar con su pasado, que se ilumina y anima al conjuro de tu presencia. ¡Noches de Feria! Olvido de tristezas. Remembranzas de tiempos que fueron áureos y que en estas noches únicas del año renacen juveniles para entonar un himno a la esperanza. ¡Noches de Feria! Apoteosis triunfal de sueños infinitos, trenzados de bellas nostalgias de amores. ¡Noches de Feria de Almoradí: frescas, perfumadas, únicas! Con su permiso, Sra. Alcaldesa: ¡PUEDE COMENZAR LA FERIA Y FIESTAS DE ALMORADÍ! ¡VIVAN LOS SANTICOS DE LA PIEDRA! ¡VIVA EL PUEBLO DE ALMORADÍ! ¡VIVA! A los que no están: a mis abuelos, a mis tíos, a mi suegro. Almoradí, a 22 de Julio de 2022


Imprimir artículo

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Si te pareció interesante, no olvides comentarlo y compartirlo en tus Redes Sociales. Gracias.