Hoy es

DIARIO DE UN PEREGRINO: Día 15




☑️Testimonio de Pablo Berenguer
“Ya he ido dejando atrás localidades como El Toboso, Villa de don Fadrique , Villacañas, Tembleque y Almonacid de Toledo. Pueblos pequeños pero con un encanto indescriptible, sus cascos históricos, sus monumentos, fachadas repletas de arte, Iglesias antiquísimas que huelen a tiempo e historia.
Y sigo sorprendiéndome con el trato de sus gentes al paso de viajeros como yo.
Tengo anécdotas para escribir páginas y páginas si quisiera. Jesús y Paco en Minaya me abrieron las instalaciones deportivas y habilitaron literas para hacer descanso, pero es que por la noche se trajeron hasta comida casera y frutas amén de las correspondientes cervezas para cenar conmigo y charlar hasta bien entrada la madrugada.
Miguel Angel, me resolvió en Villacañas una avería del teléfono y no contento del todo me llevó hasta su casa prácticamente obligado para que me diera una ducha, descansara y hasta me preparó un bolsón de productos que fue a comprar a un supermercado cercano dejándome toda su confianza y casa a mi disposición. Me emocióno solo de recordarlo.
El sacerdote de Villacañas, D. Pedro, al ir a pedir el sello de su parroquia para mi credencial de paso como peregrino , me comunicó que el albergue de ésa localidad estaba cerrado temporalmente por causas relacionadas con la pandemia. Pero acto seguido me agarró el brazo literalmente y me arrastró hasta el hostal más cercano y me alojó por su cuenta en él para que hiciera noche. No me dejó ni sacar la cartera.
Las hermanas trinitarias recoletas de El Toboso me alojaron en la hospederia del magnífico convento museo que habitan en el que trabajan y oran a partes iguales. Aunque tienen una tarifa para retiros espirituales y viajeros que gustan de vivir la experiencia de dormir en tan peculiar maravilla, tampoco quisieron cobrar nada al peregrino de Almoradí dándole hasta cena sencilla pero suculenta.
El alcalde de El Tembleque vino a ver al peregrino que una concejala amable había alojado en unas instalaciones deportivas del pueblo y también estuvimos largo rato charlando y hasta intercambiamos números de teléfono.
Y así hasta una decena de experiencias parecidas en éstos quince días de andaduras. El cuerpo sigue sufriendo pero el corazón sigue llenándose. Qué aventura más hermosa estoy viviendo, recomendable para cualquier persona que se anime a vivirla. Yo hago el camino pero realmente el "camino" son todas esas grandes personas que encuentras en él y todo lo que entregan a cambio de nada.
Son cerca de las tres de la tarde del mediodía y estoy entrando a la magnífica ciudad de Toledo. Ya huele a historia, a cultura judía, árabe y cristiana...
¡¡Buen camino!!








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