Fiesta Hallowieen en Almoradí |
Pocos saben que a nuestros antepasados, en esta noche, les gustaba narrar historias de aparecidos, siniestros relatos de aquellos que buscaban perdón o venganza.. Noche de mariposas encendidas en habitaciones apartadas para iluminar a las almas. Ni siquiera nos dejaban sentar en la cama recién hecha, porque las almas de los difuntos volvían a dormir esa noche.
La bata camilla y el brasero -entonces hacía frío- daban pie a una charla animada con dulces, licores, calabaza asada, gachas y arrope, una peculiar manera de vivir esta tradicional noche, en la que los niños -y algunos mayores- no querían irse a dormir solos.
Hoy la tradición, algo siniestra, ha desaparecido -como otras muchas- prácticamente de todos los hogares para dar paso en nuestras calles al Halloween de las calabazas, disfraces, caramelos y el "truco o trato" con el que los niños llaman a las puertas.
Nuestro cementerio en el día de Todos los Santos |
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