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Pascual Madoz (1806-1870) es el autor del “Diccionario-Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar”, una compleja y voluminosa obra que consta de 16 tomos y que hace una descripción de todas las poblaciones de nuestro país. Se editó en Madrid entre 1845 y 1850, aunque su autor le dedicó más de quince años, y supuso una gran mejora respecto a los diccionarios que existían hasta la época. Para su elaboración contó con mil colaboradores y veinte corresponsales, y actualmente aún es consultada por historiadores é investigadores, dada la minuciosa descripción que hace de lugares y restos arqueológicos de aquella época.
Creo muy interesante la información que aporta Madoz de nuestra localidad, teniendo en cuenta que apenas habían pasado quince años desde los terremotos.
En su descripción, bastante completa, indica que tenemos “una fabrica de aguardiente, dos calderas de tinte, una fabrica de jabón, un molino harinero y seis de aceite; una escuela de primeras letras, un hospital de caridad para atender un máximo de cuatro enfermos (cualquiera que sea su dolencia), y una Iglesia Parroquial atendida por un Cura Párroco, dos vicarios y cinco sacerdotes.
288 casas distribuidas en doce espaciosas calles, y 3095 habitantes”.
Pascual Madoz (1806-1870) es el autor del “Diccionario-Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar”, una compleja y voluminosa obra que consta de 16 tomos y que hace una descripción de todas las poblaciones de nuestro país. Se editó en Madrid entre 1845 y 1850, aunque su autor le dedicó más de quince años, y supuso una gran mejora respecto a los diccionarios que existían hasta la época. Para su elaboración contó con mil colaboradores y veinte corresponsales, y actualmente aún es consultada por historiadores é investigadores, dada la minuciosa descripción que hace de lugares y restos arqueológicos de aquella época.
Creo muy interesante la información que aporta Madoz de nuestra localidad, teniendo en cuenta que apenas habían pasado quince años desde los terremotos.
En su descripción, bastante completa, indica que tenemos “una fabrica de aguardiente, dos calderas de tinte, una fabrica de jabón, un molino harinero y seis de aceite; una escuela de primeras letras, un hospital de caridad para atender un máximo de cuatro enfermos (cualquiera que sea su dolencia), y una Iglesia Parroquial atendida por un Cura Párroco, dos vicarios y cinco sacerdotes.
288 casas distribuidas en doce espaciosas calles, y 3095 habitantes”.
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