La foto de la izquierda está tomada en 1956 en la misma finca. De una de las palmeras de la foto actual se ha desprendido la copa, el mismo destino que inevitablemente sufrirá su compañera, ya enferma. |
(Crónica de la inauguración del Teatro Cortés el 10 de octubre de 1908)
Hasta hace muy pocos años la Palmera era un elemento característico de nuestro paisaje, dado que tenía un gran aprovechamiento agrícola, constructivo, ritual e industrial. Su importancia en nuestro municipio siempre fue relativa, superada en número por palmerales como los de Orihuela o Albatera; e incluso por el paisaje dunar de Guardamar, donde se repobló de palmeras a principios del pasado siglo.
Pero todos recordamos una huerta de Almoradí plagada de ésta especie datilera repartida por los caminos y costones de los bancales. Su imponente figura destacaba por el camino que conducía al Liceo Politécnico o a Río-Florido. Actualmente una plaga ajena se ha extendido por todo el sureste que, de manera voraz, está destruyendo el paisaje de palmeras: el llamado picudo rojo. Y no parece que nadie encuentre solución.
En la actualidad las pocas palmeras que aún encontramos en nuestra huerta sufren el ataque de una plaga de picudo rojo. |
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