Hoy es

El Angores


Los sábados, antes del canto del gallo, se instalaban en la Plaza los puestos ambulantes que vendían de todo: sombreros, navajas, verduras, telas…En una calle se ponía el mercado de los animales donde los hombres ofrecían un concierto de lo más variopinto, al mezclarse las voces de los regateos y sus broncas con los chillidos de crías cuando las iban a separar de sus madres. Mujeres de los alrededores venían con grandes capazos por las veredas, bajo inmensos paraguas negros para protegerse en invierno de la lluvia y en verano del sol. Almoradí se convertía en un gran zoco.
Cuando terminaba el mercado y se levantaban los puestos solo quedaban cajas vacías, fruta madura tirada por el suelo, cartones y alguna pobre mujer buscando algo que pudiera aprovechar. “El Angores” y su hijo venían con sus escobas mágicas y lo dejaban todo tan limpio que hasta el cielo se reflejaba en sus calles.
“Recuerdos de Infancia” Antonio González Lucas
Foto: José Arenas (hijo de “El Angores”)



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1 comentario :

  1. Anónimo7:58 a. m.

    Pascual Francisco Parres Galindo La verdad es que esas escobas de palma y el "langores" eran mucho más efectivos que remover los papeles y bolsas de un lugar a otro con el "soplamocos" o estampar los restos de fruta y otros desperdicios en las fachadas, mediante el agua a presión.

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