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ADRIAN VIUDES GUIRAO




Anuncio de los años 20 de una de las marcas de automóvil que distribuía.






Mención aparte en la historia de la familia Viudes merece Adrián Viudes Guirao (1880-1973), hijo del III Marqués.
Sus posesiones, por herencia, se encontraban en Beniaján y Almoradí. En esta primera población fijó su residencia donde tenia la casa palacio familiar de Villa Azahar.
A pesar de tener el doctorado en Filosofía y Letras su verdadera vocación fue la de empresario en el campo agrario, hostelero y automovilístico, desarrollando buena parte de ellos en nuestra localidad.
Comenzó como vendedor de harina a comisión, seguido de vendedor de abonos químicos. Montó una agramadora para el cáñamo é instaló los primeros motores de gas pobre que le sirvió para el alumbrado de su fábrica, aunque después empezó a dar servicio de electricidad a todo Almoradí y pueblos cercanos, comprando la energía a Riegos de Levante.

En el programa de Feria de 1930 se podía leer: “hombre estudioso a cuya invención se debe el elevador “Sadrián” aparato patentado para surtir de aguas potables a nuestro pueblo. Además del suministro de aguas y distribución eléctrica, su fábrica de hielo (montada según todos los adelantos modernos) abastece a todos los pueblos de la comarca. Molino de pimentón, venta de abonos y primeras materias primas, diferentes clases de máquinas agrícolas y representación de los afamados vehículos Wipper y Willys”.

Su inmersión en la política comienza durante la dictadura de Primo de Rivera, cuando le fue ofrecida la alcaldía de la ciudad de Murcia, cargo que nunca llegó a ostentar. Fue presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura en 1935 y presidente de la Cámara de Comercio de Murcia en 1944.
Los años de la Guerra Civil los pasó en la cárcel, donde se puso a fabricar cinturones y cestos de rafia. Hasta inventó un telar. Ayudado por el resto de reclusos y sus familiares (que aportaban el material necesario), consiguieron vender sus productos a las Brigadas Internacionales, principalmente a los rusos.
En un chalet de su propiedad se estableció el Liceo Politécnico en 1946, dos años antes se había inaugurado el campo de fútbol “Sadrián” (nombre de su empresa) en terrenos (también de su propiedad) que actualmente ocupan el parque de la “U”.
Sin duda fue una de las personas que mas contribuyó a la modernidad del Almoradí que conocemos actualmente.




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