Situándome en un viernes cualquiera de 1951, recuerdo que me encantaba quedarme a dormir en casa de mi abuela. Vivía en la calle General Goded, hoy calle Miguel Hernández ( donde se encuentra Suma, joyería Emilio Caballero, Andújar, fotos Ortuño...) porque al día siguiente, sábado, se celebraba el mercado semanal de animales.
Y es que por entonces, Almoradí era un pueblo eminentemente agrícola y ganadero. Esta calle estaba recorrida en su parte central por una acequia, jalonada a ambos lados por frondosos y viejos chopos. Para pasar de un lado a otro de la calle, eran utilizados unos puentecillos hechos con tableros a los que se les llamaban "palancas". Más tarde fue embovedada, construyéndose una rampa de hormigón para descargar los animales.
Ya a primeras horas de la madrugada, el tintineo de los cencerros de los bueyes, anunciaban la llegada de los primeros ganaderos, a los que se les sumaban otros muchos que llegaban andando o en carros con sus mejores ejemplares, procedentes de nuestra huerta, de los pueblos más cercanos e incluso de diferentes puntos de Murcia.
Al amanecer, atados en anillas de hierro y en pivotes empotrados en las paredes de las fachadas, contemplaba caballos, yeguas con sus potrillos, vacas, terneros, asnos... Y bajo los árboles podíamos ver imágenes preciosas de cerdas echadas en el suelo amamantando a su numerosa camada de lechones, así como a rebaños de cabras con ubres reventonas, ovejas de abundante lana enmarañada por "carramoños" de retozar en el campo...
Y en medio de una densa humareda de cigarrillos liados, "Ideales" y "caliqueños", el bullicio de las gentes de entonces cerrando tratos, entre chato y chato de vino tinto en el bar de Pepe " El esparteñero" y celebrando entre risas la adquisición de las mejores "bestias" del mercado.
Era éste uno de los mercados de más renombre de la Vega, viéndose los regidores de la época la necesidad de plantearse la construcción de unas instalaciones que reunieran las condiciones adecuadas para el desarrollo de esta importante actividad y así, a principios de los 60, abría sus puertas el nuevo Mercado de Ganados donde hoy se encuentra el Centro Cultural, Servicios Sociales y Centro de la Tercera Edad.
Y atrás quedó aquel singular mercado y con él, lugares emblemáticos y pintorescos próximos a éste, como las Bodegas Sánchez, la carnicería de la Tía Josefa "La Manca", la carpintería del Tío "Panús, la casa del Gallo el sifonero, el corral del Tío " Maraña" y la casa de doña Trinidad, la popular comadrona.
Y es que todo lo que rodeaba al mercado me fascinaba. Y aún hoy, después del tiempo transcurrido, al pasar por esta calle, me detengo ante la ventana de la habitación desde donde aupado en una silla, observaba el trasiego de unos hombres que hacían de los sábados unos días especiales y diferentes ... Y es que estas personas fueron los auténticos protagonistas de un retazo de nuestra historia.
Imprimir artículo
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Si te pareció interesante, no olvides comentarlo y compartirlo en tus Redes Sociales. Gracias.