Resulta interesante conocer que a comienzos del reinado de los Reyes Católicos el extenso término de Orihuela contaba con cuatro aldeas de realengo: Catral, Almoradí, Callosa y Guardamar; dos señoríos baronales, la Daya y Albatera, y un número indeterminado de señoríos como Cox, Redován, Jacarilla, Benejúzar, Algorfa y Rafal que no consiguieron jurisdicción baronal ni tampoco mantuvieron la alfonsina.
Es a lo largo de la Edad Moderna cuando fueron segregándose del término de Orihuela varias de las aldeas citadas.
Es el caso de nuestra localidad (1583), Callosa en 1632 y Guardamar en 1692.
Por otra parte se crearon nuevas poblaciones, aunque escaparon al control municipal. Esto ocurrió por el denominado fuero alfonsino, privilegio aprobado en las Cortes Valencianas de 1329 por medio del cual se concedía la jurisdicción plena a quien poblara un territorio con, al menos, quince vecinos cristianos y construyera igual número de casas.
Así se realizaron las colonizaciones alfonsinas de Cox (1483), Redován (1491), La Granja (con anterioridad a 1491), Benejúzar (1607-1611), Benferri (1619), Formentera (1691), Molins (1698) y Bigastro (1701).
Con la colonización de las Pías Fundaciones del Cardenal Belluga se fundarían, en 1729, Dolores, San Felipe y San Fulgencio, y ya por último, los señoríos alfonsinos de Daya Vieja (1791) y Algorfa (1798).
En 1773 Rojales consiguió segregarse de Guardamar.
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