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Juan de Dios Barrera, herido de gravedad.


Navaja sevillana de 1890
El 27 de julio de 1895 se produjo un grave incidente, con un claro trasfondo político, en el que se vieron implicadas importantes personalidades de nuestro pueblo, resultando herido de gravedad don Juan de Dios Barrera.

La nota de prensa de “La Iberia” informaba que “en Almoradí se cometió un crimen que ha producido gran sensación, por referirse
personas muy conocidas. Hallándose en una calle de dicho pueblo don Juan de Dios Barrera, le acometieron dos hermanos, José María y Ramón Martínez Grau, acompañados de cuatro labradores armados, siendo herido de gravedad en el pecho con arma blanca."
En el “Nuevo Alicantino” se ampliaba la información y se daba cuenta del grave estado del herido dado que “se le presentaron vómitos de sangre, ya que la faca con la que recibió la puñalada llegó a interesarle los pulmones”.

El 20 de febrero de 1896 daba comienzo la causa contra Antonio Diego Tomás, por el delito de lesiones graves inferidas a Juan de Dios Barrera.
El origen de todo aquello fue una discusión por motivos políticos en la Plaza, llegando a golpearse mutuamente, y enarbolando el señor Ramón Martínez un bastón que intentó descargar sobre el Barrera; pero como éste cogió el bastón, y además intervinieron las personas presentes, no llegaron a golpearse.
En aquél momento, Antonio Diego, criado de don Ramón Martínez, se arrojó sobre el señor Barrera infiriéndole una grave herida en la región pectoral derecha de la que curó el 11 de septiembre siguiente, incoándose el oportuno sumario, para el que fue nombrado un Juez especial, alcanzando las actuaciones a unos 500 folios."
La acusación privada solicitó la imposición de dos años y 11 meses.

El procesado relató el hecho con gran sinceridad y sin más alegaciones de exculpación que “el arrebato que le produjo ver en riesgo a su amo y protector, y sin reflexionar, sintió afluir a su cerebro una oleada de sangre, que le llevó a arrojarse sobre el señor Barrera, clavándole la faca en el pecho.”

La defensa realizó un brillante informe que acabó con éstas palabras: “No vais a juzgar a un hombre de malos antecedentes, no vais a juzgar a un candidato a presidiario, ni a un malhechor; vais a juzgar a un hombre honrado, a un hombre de costumbres pacíficas: conocéis la causa del delito, conocéis su desarrollo, vuestra sentencia demostrará, una vez más, que siempre os inspiráis en los altos principios de justicia”.
La sentencia condenó a Antonio Diego a un año y cuatro meses de prisión correccional, dando así término a una página triste en la historia política de Almoradí.



Fuente: “Sucesos de Almoradí”

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