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"Incendio en la Aserradora"


Aserradora frente Cuartel de la Guardia Civil- Años 30

En julio de 1935 se originó un espectacular incendio en una aserradora que había junto a la "fábrica de la luz", justo frente el recién cerrado Cuartel de la Guardia Civil, en la calle Canalejas. Adquirió grandes proporciones, y acudió numeroso público voluntario para tratar de sofocarlo.
Finalmente, tres personas resultaron gravemente heridas.


Testimonio de Javier Quiles "El Bombo":
"Pertenecía a mi familia paterna, no así el local que era de Adrián Viudes y que mi abuelo, Antonio Quiles Follana, ("el Grillo") se lo tenía arrendado.
La fábrica disponía en aquellos momentos de 5 aparatos de aserrar y un numeroso grupo de operarios, conteniendo una cantidad de banastos ya fabricados, listos para su transporte a los clientes.
Entre los heridos graves, al derrumbarse un muro y parte del tejado de la fábrica, se encontraba el campanero/sacristán conocido por el apodo de "el Terrible", el que durante años tocó las campanas de la iglesia. Le quedó para siempre, como secuela, una fatal "cojera".
Lo peor de este incendio es que, al parecer, fué provocado por "manos viles" y por motivos políticos, según testimonios directos de mi familia y de las gentes del pueblo.
Como anécdota, según nos contó mi padre, Antonio Quiles Soriano, ("el Grillo") al avisarle de lo que ocurría, marchó a la fábrica y al doblar la curva de la carretera, a la altura de la Posada "del Pava" (posteriormente el Bar Michel) al ver las enormes llamaradas que salían de la fábrica se desplomó desmayado.2


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1 comentario :

  1. Javier Quiles, el Bombo8:47 a. m.

    Efectivamente, esa aserradora ardió por los cuatro costados. Pertenecía a mi familia paterna, no así el local que era de Adrián Viudes y que mi abuelo, Antonio Quiles Follana, ("el Grillo") se lo tenía arrendado.
    La fábrica disponía en aquellos momentos de 5 aparatos de aserrar y un numeroso grupo de operarios, conteniendo una cantidad de banastos ya fabricados, listos para su transporte a los clientes.
    Entre los heridos graves, al derrumbarse un muro y parte del tejado de la fábrica, se encontraba el campanero/sacristán conocido por el apodo de "el Terrible", el que durante años tocó las campanas de la iglesia. Le quedó para siempre, como secuela, una fatal "cojera".
    Lo peor de este incendio es que, al parecer, fué provocado por "manos viles" y por motivos políticos, según testimonios directos de mi familia y de las gentes del pueblo.
    Como anécdota, según nos contó mi padre, Antonio Quiles Soriano, ("el Grillo") al avisarle de lo que ocurría, marchó a la fábrica y al doblar la curva de la carretera, a la altura de la Posada "del Pava" (posteriormente el Bar Michel) al ver las enormes llamaradas que salían de la fábrica se desplomó desmayado.

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