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La IGLESIA anterior al terremoto


Existen dos importantes fuentes documentales para conocer nuestra Iglesia destruida tras el seísmo del 21 de marzo de 1829 (Para saber su situación exacta pinchar AQUÍ).
Una de ellas es el  Manuscrito “Compendio Histórico Oriolano” de  José Montesinos Pérez Martínez de Orumbella  escrito entre  1791 y 1816, y en el que se incluye su “Crónica de la Ilustre Universidad Regia de Almoradí” (folios 735 al 836), aportando innumerables e interesantes datos sobre nuestra localidad, que suelen ser referencia en todos los trabajos sobre la historia de nuestro pueblo.
Aunque su extensa obra plantea dudas sobre la validez histórica de los hechos que narra, personalmente opino que en lo relativo a la Iglesia, y dado que lo cuenta como testigo por haberlos vivido en primera persona, son bastante acertados. Otro tema sería cuando relata cosas de otras épocas anteriores o de las que no ha sido testigo.

Gracias a él sabemos que nuestra Iglesia era “muy hermosa toda de piedra, puesta en alto, con dos puertas grandes y fachadas de singular mérito y primor.
La torre es magnífica, fuerte, toda de piedra berroqueña, de las más elevadas que tiene el Obispado; hay en ella un reloj público para el gobierno de la Universidad y su dilatada huerta, y a sus pies, pero en la calle, está con su cerca el famoso cementerio común que se comenzó a fabricar en 1722.
Las puertas de la parroquia, la una cae al mediodía, y la otra, que es la principal a Tramontana.
La Capilla mayor es grande, en la que se admira un suntuoso retablo de talla moderna dorada de singular mérito, en cuyo principal camarín está su glorioso titular San Andrés rodeado con los demás Apóstoles. Arriba de éste, San Gregorio Papa y San Blas Obispo, y en lo alto, la Purísima Concepción con Fernando III y Hermenegildo, Santos Reyes.
El Sagrario es primoroso, tiene dos lámparas de plata; en ella están el Coro y los bancos de terciopelo del Ayuntamiento.”

Sólo aparece una escueta referencia al Órgano, que lo sitúa sobre la puerta de la Sacristía, en el presbiterio, “sonoro y magnífico órgano, de los buenos que tiene el Obispado”.
Gracias a los artículos publicados por don José Rebollo en la Revista de Feria (años 89 a 92) y al estudio realizado para el Instituto Juan Gil-Albert en 1991 por Miguel Bernal Ripoll sabemos con certeza de la existencia de un órgano en nuestra Iglesia desde 1626, aunque en 1753 se declara el instrumento como inservible y se encarga uno nuevo a los maestros organeros alicantinos  José y Francisco Rocamora “con todos los registros indispensables y caja, todo por 500 libras”
Este instrumento no debió ser suficiente para las aspiraciones musicales y litúrgicas de la parroquia, y en 1775 se acuerda vender dicho órgano para adquirir uno nuevo.
Se contrata para ello al maestro organero valenciano Mathías Salanova, que lo acaba y es estrenado durante el canto de vísperas del 30 de noviembre de 1780.

También cita Montesinos sus “cinco sonoras campanas : La Mayor que mira a poniente (y que es la única que aún conservamos), se hizo en 1772 por Francisco Manuel Callexa; la segunda se hizo en 1767 y mira a Levante; la tercera se hizo en 1748 y mira a tramontana; la cuarta en 1661 y mira a mediodía y la quinta, que se hizo en 1578, también a mediodía.”


La otra fuente documental la encontramos en la visita general llevada a cabo por el Obispo de Orihuela, don Félix Herrero Valverde, días antes del seísmo y que expone con todo detalle el interior del Templo, destacando los doce altares y la gran variedad de ropas y objetos de culto. También es interesante porque se incluyen las visitas al Hospital, Escuelas y Ermitas.
Portada original de la Visita Pastoral practicada por don Félix Herrero Valverde del 24 al 26 de febrero de 1829, días antes del terremoto, cuyo original se guarda en el Archivo Parroquial.

Se editó hace algunos años una pequeña edición  facsímil de ésta  visita con estudios y comentarios de Luís Martínez Rufete y José María García Bernabé.
Aunque, como ya he dicho, aparece una completa descripción de Altares, no sabemos nada de la autoría de las imágenes que los ocupaban y que fueron destruidas por el terremoto. Tan solo he encontrado en el catálogo del escultor Roque López, discípulo del inmortal Salzillo, los siguientes encargos realizados por el presbítero de nuestra Iglesia don Pascual Martínez Moreno:
-En el año 1788 mandó a nuestro pueblo una Soledad (cabeza sola).
-En 1797 dos ángeles de siete palmos para sostener dos lámparas, con ropas enlenzadas y perfiles dorados.
-En 1801 un San Pedro de seis palmos, con las llaves en la derecha y un libro en la izquierda  por 1278 reales.
-En 1803 un San Pascual Bailón de tres palmos de vestir (cabeza, manos, pies, peana y custodia de hoja delata).

Pero todo acabó al toque de las primeras oraciones del 21 de marzo de 1829:  “Las Iglesias de la parroquia y Convento, como también los campanarios han quedado hechos un montón de ruinas. Sobre las de la Iglesia he estado yo y dos amigos más, que nos arriesgamos a entrar, pues los pocos vecinos que han quedado no se atreven a hacerlo más que por las orillas de lo que fue el pueblo de Almoradí.” 
Granja de Rocamora, 24 de marzo de 1829 
(Publicado en el Diario de Barcelona, nº99, 8 de abril de 1829)
MAS DETALLES DE LA IGLESIA ANTERIOR AL TERREMOTO AQUÍ. 

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