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EL PARRICIDIO DE ALMORADÍ: SIEMPRE HAY DOS VERSIONES DE UNA TRAGEDIA

Tres de las hermanas Penalva en Alicante. Son Rosario, Dolores y María.
Siempre he defendido que la causa del llamado Parricidio de Almoradí de 1912 esconde numerosas contradicciones, y que el periodista se limitó a exagerar, sino mentir, deliberadamente. Pero la prensa de la época gustaba de titulares que permitiesen vender, aunque fuese a costa del sufrimiento de una familia. 
La versión del enviado especial del Diario de Alicante y, especialmente, el juicio y posterior sentencia es un cúmulo de disparates en los que no se tuvieron en cuenta la versión de los propios implicados: la familia. 
El periodista relataba que "a pesar del secreto de sumario" y según "sus informes" los delincuentes  se hallaban "convictos y confesos".
Y se limitaba a contar que "según el rumor popular (¿?) todo estaba meditado días antes", dando rocambolescas explicaciones de quien y cómo lo mataron y enterraron. También que su esposa "era de las de Caín" con una vida desordenada y "que se daba a la bebida"...en fin...poco que añadir.
Tuvieron que soportar y callar durante muchísimos años, y encima, sufrir una sentencia que condenó a la madre y a cinco de sus siete hijos: Loreto, Rosario, Pascual, Manuel y Dolores Penalva (esta última tenía una hermana melliza llamada Teresa que no fue acusada). Tampoco lo fue la mas pequeña llamada María.

La familia mas cercana tiene una versión totalmente distinta de lo sucedido, y es que la madre, en realidad, era una buena mujer que se vio implicada en un accidente originado por una pelea que acabó con su esposo desnucado a manos de uno de sus hijos, y ella fue quien tomó la decisión de enterrarlo en el patio, autoinculpándose cuando todo se descubrió para intentar salvarlos.  
Fue el mayor, Pascual, el que días antes recibió una paliza de su padre (no importan los motivos: que si el ganado pastaba donde no debía...que si pagaron con dinero falso...) el caso es que lo dejó postrado en cama. Al día siguiente, acabado el trabajo de la carnicería, cuando toda la familia estaba ya en casa, el padre volvió a emprenderla, esta vez con el pequeño, Manuel, lo que obligó a Pascual a levantarse de la cama para defenderlo, empujándolo y cayendo éste de espaldas, dándose en la nuca con el tajo de carnicero (antiguo tronco de madera utilizado para el corte).
Nunca se planificó nada...a pesar de la mucha tinta que se escribió e inventó.

No los defiendo; todo habría sido mas fácil con la denuncia de lo ocurrido; pero no lo hicieron...
Fueron acabando sus sentencias y saliendo de la cárcel, aunque ninguno quiso ya volver al pueblo que tanto les había odiado. La vida volvió a darles una oportunidad; la mayoría se quedaron a vivir en Alicante, donde se casaron y encontraron trabajo lavando ropa o en alguna portería. El mayor, Pascual, condenado a cadena perpetua, se marchó a Figueras donde también se casó e intentó olvidar una historia que le marcaría para siempre...hasta la más pequeña, María, apenas una niña, vivió la condena con su madre en la cárcel.
Un último apunte: Fueron siete los hijos que tuvo Dolores Marco y Pascual Penalva...y de ellos solo Teresa, la única que no fue acusada y se quedó en Almoradí, tuvo hijos. Bueno, a decir verdad, su melliza Dolores tuvo uno en la cárcel, tras un sórdido episodio de violación (ver el artículo de prensa que acompaño).

Sí...lo has adivinado, ninguno de los que estuvieron en la cárcel pudieron tenerlos. Quiero creer que es una casualidad, no un disparate mas de los muchos que se cometieron con el llamado Parricidio de Almoradí...





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