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La tragedia de la fiebre amarilla en Almoradí


En 1804 apareció en nuestro pueblo un importante foco de fiebre amarilla, cuyo origen estaba  en Alicante y Cartagena, y que se propagó rápidamente, obligando a crear un cordón sanitario en torno al pueblo. 
La epidemia duró algo más de dos meses.
Hay que entender que no existían conducciones de agua, y que esta se obtenía principalmente de la Acequia Mayor, donde también iba a parar las inmundicias. Era muy común arrojar los animales muertos y basura a la calle, por lo que las condiciones higiénico-sanitarias no eran las adecuadas.
Se formaron patrullas armadas a las órdenes de la Junta de Sanidad local  y se construyeron unas Barracas en las entradas de los Caminos. Se cerraron también las sendas de las acequias de Cotillén, Mayor y Calvario y el Puente de la Loza construyendo unas bardizas y poniendo en todas ellas unos “rastillos” con púas para defender las entradas.
El Puente de Piedra del Río fue cerrado con una gran compuerta de madera, y patrullas armadas vigilaban que nadie cruzase el río ante el temor de que presos huidos de Cartagena entrasen.  

Confieso haber recibido la cantidad de 20 reales de vellón por dos días que he estado rondando con gente armada en el puente del río de ésta Villa por noticia que debía pasar gente apestada por él, y quererse introducir en ésta Villa.Y para que así conste y sirva de resguardo al comisionado, firmo en Almoradí y marzo de 1805.  Antonio Palasol.

Aun así, la gente huía de los principales focos de contagio hacia los pueblos de interior. Muchos fueron detenidos y puestos en cuarentena.
Hubo un preso, José Galindo, alias el “Golondrino” que se había escapado del penal de Alicante y que fue capturado aquí. Se hizo una cueva en la huerta con puerta y candado y allí se le encerró para evitar el contagio. 
Finalmente se construyeron Lazaretos para aislar a toda persona sospechosa de contagio, a donde eran conducidas familias enteras “sin roce y con toda precaución”.
Muchas personas intentaban entrar por los caminos sin ningún pasaporte por lo que la Junta les daba una limosna para comer un día y les obligaba a dar media vuelta.

Lo que aquella tragedia supuso para nuestros antepasados es, hoy día, muy difícil de imaginar, especialmente cuando los focos de nuevas epidemias se sucedían. Todo el siglo XIX estuvo marcado por la fiebre amarilla y el cólera que mató el doble de víctimas que el terremoto… 
(Más información en "Sucesos de Almoradí
Fuentes inéditas: Presupuestos Municipales)
Este puente de piedra del Camino del Río fue el que se cerró con grandes
compuertas y se pusieron patrullas armadas.

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