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EL MOLINO DE PIMENTÓN “RUBÍ” DE JOSÉ BERENGUER GOMIS



Antonio Berenguer es el último maestro molinero


En 1953 adquiría José Berenguer Gomis el Molino de Pimentón existente en la calle Santa Teresa, y propiedad hasta entonces de Manuel Rufete Ruíz. 

Su nuevo propietario amplió servicios adquiriendo un molino de piensos y modernizando la industria con motores eléctricos de gran potencia, lo que le permitiría ampliar la producción y la calidad de su marca comercial de pimentón molido “RUBÍ”.  Marca registrada cuyo logotipo era, precisamente, un rubí -deseada piedra preciosa de color rojo que evoca al color del pimentón- que contaba en su interior con un campo sembrado y un cerdito de pie, sobre sus patas traseras, con un paquete de pimentón entre las delanteras. Hay que tener en cuenta que uno de los principales usos de este producto es para el condimento de embutidos.


En los años sesenta producía hasta ocho calidades distintas, desde el “especial en polvo” al de cáscara o picante. Por entonces, la planta superior del edificio era un improvisado secadero de Ñoras que, tras su transformación en pimentón molido, se envasaba en sacos o latas  y enviado a las principales empresas de azafranes y condimentos de toda España.


El Molino, gracias a la imprescindible colaboración de su hijo, el abogado Antonio Berenguer Morales, se mantuvo en activo hasta los años ochenta del pasado siglo y su maquinaria se ha conservado hasta nuestros días.


De esta manera, y gracias a la cesión de uso de la familia Berenguer-Cañizares, los Molinos han pasado a formar parte destacada del Ecomuseo, y por lo tanto, de la historia de Almoradí.



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