EL CRIMEN DE ALGORFA (Primera parte)

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¿Qué ha ocurrido en Algorfa? Con ésta pregunta se publicaba un pequeño artículo en “El Luchador” el 25 de junio de 1931 sobre el rumor de que en aquél pequeño pueblo habían ocurrido desagradables sucesos. Se afirmaba que, recrudecidos antiguos pleitos particulares, discutieron el Alcalde del pueblo y uno de los hijos del Marqués de Algorfa, resultando éste último, don Carlos de Rojas, muerto. Dos días después, el 27, el periódico “El Día” publicaba lo siguiente:

“El 24 de junio de 1931, un camión conduciendo una veintena de individuos, entre ellos el alcalde de Algorfa y su hijo, estuvieron en Almoradí, en donde tiene su domicilio el secretario del Ayuntamiento de Algorfa. Visitaron a éste funcionario y se marcharon en dirección al pueblo citado, en cuyo término, momentos después, era asesinado don Carlos de Rojas.

Parece ser que tras la negativa de éste a que se sacara piedra de una cantera de su propiedad, y mientras se esperaba la llegada de la Guardia Civil para aclarar el asunto, el señor Rojas fue atacado con un brutal golpe de azada en la región occipital, derribándolo al suelo sin sentido, y disparándole un tiro inmediatamente en la cabeza que remató su vida.

Aproximadamente a la media hora de cometido el crimen, éste mismo camión con los mismos individuos que lo ocupaban, incluso el Alcalde de Algorfa, volvieron a Almoradí y dirigiéndose nuevamente a casa del Secretario, y a unas palabras de alguien de los del camión, el Secretario aturdido, preguntó: ¿Pero lo habéis matado?

A lo que otro del camión contestó: -Ése ya nos lo hemos hecho, ahora a por los otros dos- (Parece desprenderse que se refiriese a los dos hermanos del muerto).

A los pocos momentos, salió el secretario del nombrado Ayuntamiento, que a la vez lo es del Juzgado Municipal del mismo lugar, personándose en el lugar del crimen, con un acta ya preparada suponiendo en ella un caso de suicidio.

Todo debía haber sido previsto, porque debajo del cadáver se encontró un revolver, pero como siempre queda algún resquicio para que la justicia pueda prevalecer, el revolver no era conocido como arma de la victima y además tuvieron la imprevisión de cogerlo con todas las capsulas intactas y sin usar.

No pudo llevarse a efecto la comedia preparada porque el Juez de Instrucción de Orihuela había sido avisado y la Guardia Civil se había adelantado.

Las circunstancias agravantes del hecho, dada la calidad de la persona que actuó al frente de la turba amotinada, nos referimos al Alcalde, nos mueven a solicitar de las autoridades judiciales un exceso de celo en la averiguación de cuanto pueda. La República, por propio decoro y decencia, debe sacudir con mano dura a quienes la deshonran con sus actos.”

Mucho se escribió durante aquellos meses acerca del crimen, incluso pidiendo reformas en las leyes de procedimiento civil y criminal. Aunque la causa fue instruida desde el principio por el Juzgado de Orihuela, al mes se nombró juez especial al de Elche, y transcurrido dos meses aún permanecían en prisión nueve hombres, sin constar en los autos quien era el autor material de la muerte. 

El 17 de mayo de 1934, casi tres años después, daba comienzo la causa de Algorfa en la Audiencia de Alicante. Estaban procesados ocho vecinos, pidiendo 18 años de reclusión para dos de los acusados como autores de la muerte, y a los demás se les juzgaba como cómplices, pidiendo para ellos penas leves. Continuará...

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