Para los que nacimos en la década de los sesenta comenzaba a ser más difícil el baño en las acequias, por la sencilla razón de que estaban siendo embovedadas, y por lo tanto, a desaperecer de
nuestro entorno, y también porque la calidad de sus aguas empezaba a cuestionarse. Así que mi recuerdo de infancia es el de bañarme en un barreño de zinc que mi madre dejaba al sol.
Alguna vez teníamos la suerte de ir hasta los manatiales de San Isidro, o mejor aún, a las piscinas que existían junto a estos; y que convertían ese día en el mejor de todo el largo verano.
Pero llegó, por sorpresa, el verano de 1976, y con él la inauguración en nuestro pueblo de la primera piscina municipal, ojo, ¡un pedazo de piscina con sus correspondientes vestuarios!.
Ese es al menos lo que mi memoria guarda de aquellos primeros veranos con PISCINA.
¿Los viviste?
Cursillos de natación en 1977
Cursillos de natación en 2003
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