Pena de muerte para las últimas palmeras del Liceo

La foto de la izquierda está tomada en 1956 en la misma finca. De una
de las palmeras de la foto actual se ha desprendido la copa, el mismo
destino que inevitablemente sufrirá su compañera, ya enferma. 
Dentro de lo que era la hermosa finca del Marqués de Río-Florido, hoy ocupada en parte por el campo de fútbol y numerosas calles, Adrián Viudes construyó a principios del pasado siglo una bella vivienda a la que llamó “Quinta Sadrián”. Estaba rodeada de palmeras que se mantuvieron, incluso, cuando la quinta fue reconvertida en el conocido Liceo Politécnico.
Aquellas palmeras fueron, en su mayoría, arrancadas para ubicar el nuevo Sadrián, pero aún así y como
testigos de un bello pasado, hasta hoy era posible pasear por los estrechos caminos que rodean el estadio y contemplar sus inconfundibles siluetas.
En esta misma finca, y a finales del XIX, la filoxera obligó a arrancar hasta el último de los viñedos que, entonces, llegaban desde la Acequia Mayor (junto a lo que hoy es el parque de la “U”) hasta la carretera de Rafal. Hoy, buscando la silueta de las últimas palmeras,  y a sabiendas que desde hace años están condenadas a muerte, he descubierto que empiezan a ser ejecutadas.
ElPicudo, como una plaga bíblica, avanza sin respetar belleza o historia.
Pronto, solo quedará el recuerdo y estas fotografías….

El viejo Liceo rodeado de palmeras
La copa de una de las últimas palmeras en el suelo

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