La vivienda fotografiada en la pasada década, antes de su último intento de ser reformada. |
Escudo heráldico del apellido Viudes que encontramos en uno de los laterales de la hacienda. |
Sus muros tienen función resistente de recepción de cargas
que les transmite el forjado; y también actúan como cerramiento y distribución,
en torno a un patio, con un corredor de madera, que es una muestra bellísima
única en todo el pueblo.
De sus dos alturas, la planta baja y el patio eran
destinadas a la explotación agraria,
encontrándose en ésta el matadero, caballerizas, cocheras y cuadras de
animales. En el patio hay un pozo que sería para abastecer a los animales.
Desde la primera planta, y más concretamente desde la
cocina, se puede acceder a este pozo por medio de una ventana. La primera
planta se concibe como vivienda y para almacén de las cosechas, para librarlas
de la humedad. Esta primera planta está constituida por pabellones rodeando el
patio. Uno de estos pabellones era
para los huéspedes. Algunas habitaciones carecen de
ventanas, y otras, dan al aljibe.
Frente a la fachada, había plantados eucaliptos, y no por
capricho. Éstos se plantaron por ser un árbol cuyas raíces absorben bien el
agua y son extensas, y en caso de desbordamiento del río Segura, estos árboles
frenarían las aguas evitando que entren en la casa.
Tenía en el jardín cinco alegorías de dioses romanos
talladas en Génova y en mármol, que pertenecían a los jardines de Peñacerrada.
También existía una casa de recreo, un estanque y gran variedad de plantas
exóticas.
Recientemente se ha incluido dentro del catálogo del Plan
General de Almoradí con la categoría de “Bien de Protección Integral”.
Para conocer más sobre la familia Viudes pinchar AQUÍ
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