La noche de los muertos en Almoradí


Con el último toque de las campanas, mi abuela se echaba la capelina negra de lana encima y se miraba al espejo, para salir en dirección a la Iglesia. Siempre, desde que ella recuerda, lo había hecho así; aunque ahora las piernas ya no corrían tanto, y la distancia se hacía más larga, por lo que al llegar a la parroquia ya se tenía rezado el Rosario e iba de vencida el oficio de difuntos.

No hace tantos años que el templo se decoraba severamente para la fúnebre solemnidad; paños enlutados se colocaban en las columnas
y en las balaustradas; y en medio de la nave, se montaba un enorme catafalco a modo de sepulcro también recubierto de tela negra. 
El párroco, hisopo en mano,  rociaba con agua bendita todo aquel fúnebre túmulo, que siempre mojaba a los más próximos.
Después tocaba el sermón sobre la vida de ultratumba y los ejemplos de terroríficas apariciones.

Al concluir, sin esperar más, una procesión se dirigía, como ha sido costumbre desde siglos, hasta el camposanto situado entonces a la salida del camino de Algorfa.
Delante la cruz parroquial; detrás el pendón de las ánimas, y tras el clero engalanado y  paso mesurado y solemne, la multitud devota apretando rosarios y portando cirios…
Al llegar al cementerio la comitiva se dispersaba, buscando cada uno el lugar donde reposan sus huesos queridos, mientras el clero salmodiaba reposadamente los versículos del De Profundis*.
Eran días en los que daba gusto ver tanta limpieza; donde la olor de crisantemos llegaba hasta el pueblo; eran fechas en las que se notaba la diferencia del rico con el pobre: tumbas con lápidas de mármol y coronas de flores, frente a nichos de ladrillo y fosas en el suelo cubiertas de grama.

En acabar la ceremonia, la procesión volvía al pueblo, y con más miedo que otra cosa, cada uno se encerraba en su casa.  Tocaba encender la lumbre y las pequeñas velas en recuerdo de las Ánimas, poner en la mesa la calabaza asada y rociar con arrope las gachas.  
Alrededor de la mesa se recordaba a los difuntos, pero también se contaban historias de aparecidos, siniestros cuentos de aquellos que buscaban perdón o venganza.
Era, la noche de difuntos**.



*Salmo penitencial que suele usarse en la liturgia de difuntos

**La noche de difuntos se celebraba la noche del 1 al 2 de noviembre, aunque actualmente las actividades más seculares de esta noche parecen ir derivando a la noche anterior, que es la festividad que corresponde a Halloween.

5 comentarios:

  1. Anónimo9:24 a. m.

    Luis Navarro-Alcaraz:
    De crío, recuerdo que mi abuela paterna -vivió en casa hasta que murió: allá por 1957: tendría yo 5 ó 6 años- ponía "mariposas" encendidas (eran las "mariposas unos cubitos de vela, ensartados en un par de discos del tamaño de una moneda de cinco céntimos de euro: el disco de abajo era una lámina de corcho natural, el disco de arriba era un disco de cartulina decorada; flotaban en el aceite que mi abuela ponía en un cuenco y flotando estaban encendidas. Se encendía en la "Noche de los Difuntos". No me dejaba sentar mi abuela en la cama: recién hecha con el "cobertor" -decía que las almas de los difuntos volvían a dormir a sus camas ese día y noche y por eso no podíamos sentarnos en las camas. (Cosas de vieja, como se ve). No sé si en las droguerías siguen vendiendo esas mariposas todavía.

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  2. Anónimo9:25 a. m.

    Luisa Fernanda Alhama:
    Antes se hacia eso con las mariposas en una taza se ponía agua y aceite y las mariposas encendidas
    Es cierto eso, las camas había k hacerlas bien pronto por la mañana x k venían las almas a su casa y sus camas.Mi abuela y mi madre también lo decian

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  3. Esto era una celebración de difuntos y no las mariconadas estas del Halloween (¿lo habré escrito bien?)importadas de los, siempre criticados y siempre imitados, norteamericanos.

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  4. Anónimo11:06 a. m.

    Loli Garcia Gea Lo dicho , con cada publicación tuya nos retrotraes al pasado , madre mis si me acuerdo de esas mariposas puestas en aceite por mi gran abuela Vicenta , k s mi me encantaba sumergirlas en el aceite y la pobre como no se enteraba durmpre decía , ya me han engañado estas mariposas no valen jejeje , pobre de mi abuela se fue sin enterarse k era yo . Ves lo dicho gracias por despertar estos recuerdos gracias a tus publicaciones Emoticono smile

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  5. Anónimo3:16 a. m.

    Fina Cases Martinez:
    A mi mi madre el dia de las almas me levantaba temprano porque decia que las almas venían a descansar

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