El almoradidense que llamó después de muerto

Ocurrió el 29 de septiembre de 1989 en  la abadía cisterciense de Cóbreces, en Cantabria, donde recibieron una llamada telefónica, mejor dicho una serie de llamadas que comenzaron el día 12, y que alteraron completamente la tranquilidad de la orden en aquel mes de septiembre.
Cuando cualquiera de los monjes descolgaba el auricular se sentía la presencia de alguien al otro lado -al menos eso fue lo que contaron varios de ellos-; incluso se escuchaba como colgaban el aparato. Ocurrió varias veces...y así durante varios días...hasta que llegó el 29 de septiembre. 
Anochecía cuando volvió a sonar, una vez más, el teléfono y esta vez fue el hermano Rafael Mira, natural de Almoradí y que actualmente cuenta con 80 años, quien descolgó y escuchó una voz metálica y lejana.... parecía la voz de los que han sido intervenidos quirúrgicamente de laringe. 
Y la voz se identificó...dijo ser "el abuelo" y felicitó a Rafael. Esa voz, según confesó el monje almoradidense era la de su padre fallecido años antes -y al que llamaban "el abuelo".
No tenía la menor duda de que era su padre, y todos parecían entender porqué.
El padre de Rafael -el abuelo- había fallecido en septiembre, fecha olvidada por el religioso -simplemente, quiso llamarme para recordármelo- confesó.
Luís Mira Chinchilla, su padre, murió el 12 de septiembre de 1985, a los 81 años de edad y está sepultado en el cementerio de Almoradí. 

(Historia publicada en la Revista "Enigmas" y recogida por Juan José Benítez en  su libro ESTOY BIEN -gracias a Manolo Ruíz Eugenio por "rescatarla")

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