Con la llegada de la Segunda República, en 1931, se inauguraba una oficina del Banco Central, dependiente de la sucursal de Orihuela, en nuestra localidad. Era la primera entidad bancaria que se instalaba en nuestro pequeño pueblo, y además, lo hacía en un lugar privilegiado, en El Paseo, y junto a la Casa Consistorial. Para ello, tuvo que arrendar lo que hasta entonces había sido el Bar 43, propiedad de Manuel López López.
La familia López en el Bar |
Tres años después, el 8 de mayo de 1934, se cometió un espectacular atraco que volvió a convertir a nuestra localidad en noticia de alcance nacional.
Se trataba de un día particular, ya que los recaudadores de la contribución de fincas rústicas y urbanas se habían desplazado hasta Almoradí, y como era costumbre, instalado en el retén de la guardia municipal, justo al lado del mismo banco.
Este es el relato de los hechos:
(extraído de “El Siglo Futuro” y del artículo de Manuel López López, publicado en el Libro de Feria de 2003)
“Un desconocido alquiló en la parada de la avenida de Méndez Nuñez de Alicante, a las nueve de la mañana, el taxímetro número 5697 conducido por Francisco Piñol, y emprendió el viaje a Elche por la carretera de Torrevieja. En las cercanías de la estación de ferrocarril de la Compañía de Andaluces subieron al coche tres individuos más que lo encañonaron y le obligaron a llevarles a Almoradí. A dos kilómetros del pueblo bajaron dos de los individuos y cortaron las lineas telefonicas.
Alrededor de las once de la mañana aparcaron un coche en la esquina del Banco en dirección Rojales, y tres de los cuatro individuos penetraron, pistola en mano, en la Agencia. Uno encañonó a José Illescas García, que estaba en la primera ventanilla del mostrador hablando con don Víctor González, el director; otro encañonó a Villalba en la cabeza porque estaba un poco agachado, escribiendo en la cuarta ventanilla; y el otro se dirigió rápidamente por el despacho del director a la caja y encañonó a Manuel López ordenándole que la abriera. En unos segundos cogió los billetes que había y los tres salieron al coche, que estaba en marcha, y en el que esperaba el otro compinche amenazando al conductor del taxi.
Salieron rápidamente en dirección Rojales. Nada más salir, uno de los empleados del Banco, Manuel López, salió pistola en mano pero ya no pudo hacer nada.
En la salida hacia Rojales había una apisonadora, estaban arreglando la carretera, y estuvieron a punto de chocar con ella ya que ocupaba parte de la calzada, pero finalmente pudieron pasar, y después fueron tirando tachuelas y púas, de modo que los que lo siguieron, en el taxi de Juan “El Gallo”, tuvieron que desistir de la persecución.
Al llegar a la entrada de Rojales, los atracadores tiraron por Los Palacios a San Fulgencio y enfilaron camino de Elche. Al llegar a la partida de Derramador, bajaron todos, y obligaron al conductor que siguiera camino y no se detuviera hasta llegar a Alicante. El lugar donde se detuvieron es de muchísimo trafico en Elche, y existe una casa de alquiler de bicicletas, por lo que se supone que utilizaron ese medio de locomoción para huir”.
Se realizó un arqueo y se dio como robado la cantidad de 36.800 Pts. (220€), aunque la cifra fue muy exagerada por algunos periódicos (en la mayoría se hablaba, en un intento de “redondeo” de 50.000 Pts., incluso en “El Siglo Futuro” se daba la de 360.000, seguramente por error). Después fue la Guardia Civil y dos o tres policías de Alicante, que estuvieron preguntando por los pormenores del atraco. A los pocos días volvieron a la reconstrucción de los hechos, con dos individuos, seguramente sospechosos habituales, por si reconocían a alguno de ellos. También trajeron un álbum de fotografías.
El director de la entidad, Víctor González, con los compañeros de oficina, Cases y Villalba. El niño es Manuel López, y está tomada el año del atraco,1934. (Libro de Memorias de Manuel López López) |
De todas formas, el negocio no les salió todo lo bien que hubiesen querido. El 12 de mayo se publicaba en el diario “El Sol” la detención de Francisco Carreño García, natural de Caravaca, con pésimos antecedentes y uno de los atracadores al Banco Central de Almoradí.
El mismo día se detenía en una casa del barrio de Elche, en Alicante, a Santiago Matarredón, que conducido a Almoradí fue reconocido por el cajero del banco, como el individuo que le encañono con una pistola, mientras sus compañeros desvalijaban la caja.
El 2 de noviembre de 1934 se detenía en Murcia a Antonio Vidal Castillo, de veinte años de edad, que reconoció ser otro de los atracadores del Banco Central de Almoradí. Al ser preguntado por el botín, dijo no saber cuanto se habían llevado, pero que a él le habian tocado en el reparto cuatro mil pesetas.
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Diego Fernandez Segura · Murcia
ResponderEliminarConozco la historia del atraco por la documentación que existia en su dia en la sucursal, yo trabaje en el Banco Central de Almoradi desde 1974 a 1995. El relato que se hace en el blog es muy bueno.Enhorabuena.
Mari Carmen Illescas
ResponderEliminarUna de las personas que encañonaron con la pidtola: Jose Illescas Garcia era familia de mi padre, pero lo que no estoy segura es del parentesco, pero creo que tio...
Miguel Angel López Andújar ·
ResponderEliminarEnhorabuena José Antonio, siempre que escribes una crónica sobre Almoradí, te documentas de diversas fuentes y acompañas fotos inéditas, con un excelente resultado como en este caso.
El empleado del Banco Central que salió pistola en mano, fue mi abuelo Manuel López y en dos de las fotos que publicas aparece mi padre Manuel López, ya fallecido y jubilado del BBVA.
Yo soy la tercera generación de empleados de Banca y ese hecho forma parte de la historia de mi familia, por lo que en nombre de ellos y en el mío propio te doy las gracias.