La Hermandad de San Juan creada a finales del XIX |
Es a finales del siglo XIX, concretamente el 11 de octubre de 1892 (“El Independiente”), cuando por primera vez aparece en prensa, la única fuente documental que tenemos hasta hoy, un primer
artículo que habla sobre el origen de nuestras procesiones, confirmando además el intento de
crear una primera compañía de “Armaos”:
“Para que las procesiones sean todo lo
lujosas posibles, el pasado domingo se celebró una especie de subasta para la
construcción de los trajes y armaduras, es decir, todo lo conveniente para
disfrazar a un hombre de guerrero. El conocido industrial Antonio Vidal ha sido
el encargado de confeccionar todos los útiles necesarios para los armados.”
En 1894 (Diario de Alicante, 18 de marzo) se prometen “unas próximas procesiones muy lucidas” y
se confirma la existencia de cofradías o hermandades, llamadas entonces
sociedades, al dar cuenta de las del pasado año (1893), y aportando importante
información: “…se llevó la palma la Sociedad del Santo
Sepulcro, que fue creada gracias a la
iniciativa del cura don Olegario Ramos y a la actividad del ilustrado sacerdote
don Ignacio Andréu; y este año, a juzgar por los preparativos, no se quedará
atrás la de San Juan, a cuya cabeza figura el no menos activo y virtuoso
presbítero don José Alfosea, merecedor de elogios por las muchas dificultades
que ha sabido vencer, para llevar a término la creación de la referida
Sociedad. Ya está organizada también una compañía de Armados, lujosamente uniformados
y cuya instrucción militar es bastante aceptable”.
El 29 de marzo de aquel 1894 (El Independiente) se informa que “A pesar de todos los preparativos, a causa
de la lluvia, no se han podido lucir las procesiones. Verdad es que todas se
han efectuado; que los Sanjuanistas han lucido sus trajes nuevos, por cierto
muy bonitos; pero verdad es que la procesión del Entierro, que es la que mas se
luce, hubo de retirarse, por temor a que se echasen a perder, tanto las valiosas
vestiduras de las imágenes, así como los trajes de los acompañantes, resultando
todas deslucidas. Se asegura que el Alcalde multó con 25 pesetas a cada uno de
los encargados de los pasos del Santo Sepulcro y Cruz de Labradores, por haber
cortado la carretera de la procesión y penetrado en la Iglesia sin su permiso, el
Viernes Santo en la noche”.
En 1896 vuelve a publicarse un
interesante artículo (Diario de Murcia del 4 de Abril) que vuelve a mostrarnos
una parte desconocida de nuestras celebraciones, la del llamado Acto del
Prendimiento: “El miércoles tuvo lugar
ante numerosa concurrencia el Prendimiento de Jesús en el Huerto, por la Sección de Armados, al
mando del Capitán don Francisco Mellado y el Teniente don Manuel Buitrón,
siendo traído en Procesión a la Iglesia. Dicha sección de Armados dará la guardia
al Señor en el monumento.”
Por último, en el semanario oriolano “El
Pueblo”, del 16 de abril de 1928, aparece una completa descripción de los actos
celebrados en aquella Semana Santa, lo que supone un importante documento,
inédito hasta hoy, que muestra la realidad de nuestras procesiones poco antes
del inicio de la guerra civil:
“Se han
celebrado con toda pompa y solemnidad, a saber: las del Miércoles, Jueves y
Viernes Santo, recorriendo en todas el itinerario de otros años. Solamente en
la de esta última noche, se redujo considerablemente, debido al mal estado en
que las lluvias dejaron algunas calles de nuestra villa.
Destacó, por lo sorprendente, la imagen del Santísimo Cristo
de las Campanas, cuyo trono lució en las referidas procesiones espléndida
iluminación eléctrica; cosa que hasta ahora todavía no se había conocido en
esta población. Felicitamos a la señora Ángeles Díaz Galant, encargada del
ornato de dicha imagen.
También resultó altamente solemne y emocionante la procesión
de Domingo de Pascua, a la que asistieron la Sección Adoradora
Nocturna y el Turno de niños Tarsicios con sus correspondientes banderas.
Lamentable, el 6 de agosto de 1936 fueron
destruidas todas las imágenes, incluidas las que se encontraban en domicilios
particulares, así como vestuarios y ornamentos, acabando con la historia de una
Semana Santa de la que apenas quedó ningún testimonio, solo el oral, y que
obligó a la creación de nuevas Cofradías y Hermandades.
Pero esa, es otra historia….
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