Tomada el 28-05-2012 en la ctra. de Orihuela (a la altura del Merendero del Segura) |
Durante siglos los caminos se proyectaron con frondosas
hileras de árboles; álamos, plataneras y olmos principalmente, cuya sombra hacía
más agradable y cómodo el largo y lento viaje subidos a lomos de animales.
Pero el progreso trajo accidentes, y los accidentes
culpables, en éste caso, los enormes árboles que siempre habían ocupado los
laterales de los caminos y que se habían convertido, de la noche a la mañana,
en el enemigo de la velocidad.
Me cuenta un amigo, Manuel Ramirez, que entre Rojales y
Almoradí habían nada menos que 1.166 de los que apenas queda una veintena.
Duele menos cuando, egoístamente, no te sientes cómplice de
la tala silenciosa y lenta de los últimos árboles de la carretera, pero ayer, de
regreso por el camino de Orihuela, sentí como mío el dolor de un árbol aún en
pie, pero en plena ejecución a hachazos por la sentencia de muerte dictada en
nombre del progreso.
Viendo la fotografía me doy cuenta que no solo se ha matado
un árbol, que también hemos borrado de un hachazo un paisaje único, que la Sierra de Callosa ya nunca
podrá volver a ser fotografiada como fondo de éstos viejos plataneros de
carretera.
Seguro que debe hacerse así, que es lo correcto
y lo mejor
para el progreso, pero me pregunto
¿sienten dolor los árboles?
Mira, no soy de entrar a blogs a comentar, me suelo conformar con mojetear y punto, pero esto... esto me saca de mis casillas! Como son tan torpes? Cómo son tan malos? Cómo son tan cortos de miras?
ResponderEliminarNo quiero ni decir qué me parece porque se me plantan los GEOS en la puerta de casa.
Gracias por documentarlo!
Recuerdo como iba y venía de Algorfa-Almoradí todos los dias al instituto. Esa sombra que proyectaban los eucaliptos nos hacian nuestro ir y venir andando mucho más suave, y no decir cuando te constipabas y el padre traía unas ramas del arbol para hacerte unos vapores y aliviar esa tós tan molesta en los inviernos.
ResponderEliminar