Vista aérea de la calle San Andrés en los años 60 |
No podía faltar en nuestro callejero el Patrón de la
localidad, San Andrés, nombre que se le otorgó a una de nuestras principales calles tras la reconstrucción a partir de 1832 (curiosamente ninguna de nuestras calles antes del terremoto tenían connotaciones de carácter religioso).
Junto a ésta también se le dedicaron calles a San Francisco, San Emigdio, Virgen del Rosario y Purísima.
Junto a ésta también se le dedicaron calles a San Francisco, San Emigdio, Virgen del Rosario y Purísima.
De los dos tramos diseñados por Larramendi en ésta calle, se
mantuvo sin construir el segundo hasta bien entrado el siglo XX debido a que era la parte más baja de la localidad, y por lo tanto, las más fácilmente inundable.
mantuvo sin construir el segundo hasta bien entrado el siglo XX debido a que era la parte más baja de la localidad, y por lo tanto, las más fácilmente inundable.
En 1864 la calle de San Andrés fue noticia por un trágico
incendio que destruyó una gran parte, siendo el mayor que ha sufrido nuestro
pueblo a lo largo de su historia, y que se publicaba en “El clamor público”
:
“En la tarde del 19 del corriente mes de agosto, siendo como
las cuatro y media, se prendió fuego en el pueblo de Almoradí a una casa con
techo de cabaña, sita en la calle de San Andrés, y habiéndose transmitido
instantáneamente las llamas a otras cuatro barracas vecinas a la primera,
tomaron tal incremento que ya fue imposible atajarlas, a pesar de haber acudido
la autoridad municipal y de haberse tocado a rebato para pedir socorro a todos
los habitantes del pueblo: el incendio fue tomando incremento de una manera
extraordinaria, y en menos de tres horas ya ardían veintidós edificios,
entre casas, barracones y chozas, las cuales quedaron reducidas a escombros
después de haber ardido hasta las once de la mañana del día siguiente.
Por fortuna no hay desgracias personales que lamentar; pero
han perecido muchos animales domésticos, se han destruido innumerables
instrumentos de labranza, ha sido convertida en ceniza parte de la cosecha de
los dueños de las casas incendiadas, y a la hora que escribimos estos
renglones, veintidós familias se hallan reducidas al lastimero estado de vivir
a la intemperie o de deber un abrigo a la caridad de sus vecinos.
Según tenemos entendido, ya se han adoptado por la autoridad
las disposiciones oportunas para remediar en cuanto sea posible tan lamentable
desgracia”.
Existe un recibo municipal informando que “Miguel García y
José Rodríguez reciben 18 reales por el
trabajo que han invertido en estar vigilantes y acabar de apagar el incendio de
la calle San Andrés durante la noche en que acaeció y la mañana siguiente,
firmado por el depositario a ruego de los interesados, que no saben
firmar”.
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