La figura del “Inspector Local de Información y Turismo” se encargó en los años de la dictadura de supervisar y prohibir lo que se considerase que atentaba la moral de entonces.
Durante años se enviaba un informe con todas las películas y obras teatrales que se representaban en nuestro pueblo, é informaba de cualquier anomalía, avisando de películas que dañaban “el buen gusto” o las funciones suspendidas “porque la clientela tenía frío”.
Para hacernos una idea del trabajo que esto representaba, basta con echar un vistazo a la programación de un mes, en este caso incluyo marzo de 1954, y hacerse una idea de la cantidad de películas que había que asegurarse que cumplían las normas.
Incluyo también algunos párrafos de las instrucciones del mismo año que se dirigían a los empresarios (en éste caso al Teatro Cortés y Cine Alcázar) y que eran de obligado cumplimiento. No tienen desperdicio.
Las circulares que se enviaban a nuestro Inspector Local, prohibiendo determinadas escenas ó canciones, son verdaderas “joyas”, pero para no alargarme (no quiero aburrir), os incluyo “La raque”, una de las canciones que según nuestro particular censor, dañaban a la moral y las buenas costumbres.
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