Entre la muchísima información que aporta la interesante “Crónica de la Ilustre Universidad Regia de Almoradí” de Montesinos (y de la que he conseguido una copia digitalizada), aparece un listado con la memoria de los Señores Curas que han gobernado la Parroquia de San Andrés “según lo expresan los números anteriores que forman ó inician el año de su ingreso”.
Este listado comienza en 1573 con Don Juan Martínez y acaba en 1804 (25 años antes del terremoto) con Josef Brú y Martínez.
Sin embargo, lo que hoy vengo a destacar es la presencia, entre dicho listado, de todo un personaje que fue Cura Párroco en nuestra localidad desde 1692 hasta 1699, y que dada la interesante descripción me limito a copiar literalmente:
“josef francisco soler de vilanova, natural de Orihuela, bautizado en su Santa Iglesia Catedral; desde niño fue hipócrita, solapado y malo. Se dio a leer libros depravadores y paganos. Hereje formal consumado, fue cura de nuestra parroquia hasta 1699 que renunció. Se asegura que no tuvo intención de hacer cristianos a cuantos bautizó. Se pasó a Orihuela y después a Murcia donde se hizo Calificador de la Santa Inquisición; tuvo estrecha amistad con el Cardenal Don Luís Belluga de Moncada, Obispo de Cartagena, quien lo destinó con otros compañeros para fundador de la Real Casa de San Felipe de Neri de Murcia, en cuya ciudad (con pacto que tenia con el demonio) hizo muchos milagros aparentes. Suscitó la herejía del Presbítero Miguel de Molinos, español aragonés, con la que causó solapadamente innumerables estragos que lloró Murcia por muchos años. Con su obra cundió el “Quietismo”, herejía perniciosa; y el demonio lo sostuvo en buena opinión hasta su muerte, sucedida en Murcia el viernes 10 de junio de 1730. Fue enterrado con pompa fúnebre; se repartieron sus muebles como preciosas alhajas de un Varón Virtuoso, tal era su exterior y tales fueron los milagros que obraba en nombre del demonio, con que apoyaba su mala Secta. Pero luego que se verificó su fallecimiento fue declarada su herejía, y descubrieron sus maldades.
El Santo tribunal de la Inquisición mandó recoger todas sus alhajas y al siguiente año de 1731 desenterrado su maldito y hediondo cadáver fue quemado públicamente por mano del verdugo en el arenal de Murcia a presencia de mas de veinte mil almas que concurrieron atraídas de la novedad”. (Transcripción de Luís Martínez Rufete)
Este listado comienza en 1573 con Don Juan Martínez y acaba en 1804 (25 años antes del terremoto) con Josef Brú y Martínez.
Sin embargo, lo que hoy vengo a destacar es la presencia, entre dicho listado, de todo un personaje que fue Cura Párroco en nuestra localidad desde 1692 hasta 1699, y que dada la interesante descripción me limito a copiar literalmente:
“josef francisco soler de vilanova, natural de Orihuela, bautizado en su Santa Iglesia Catedral; desde niño fue hipócrita, solapado y malo. Se dio a leer libros depravadores y paganos. Hereje formal consumado, fue cura de nuestra parroquia hasta 1699 que renunció. Se asegura que no tuvo intención de hacer cristianos a cuantos bautizó. Se pasó a Orihuela y después a Murcia donde se hizo Calificador de la Santa Inquisición; tuvo estrecha amistad con el Cardenal Don Luís Belluga de Moncada, Obispo de Cartagena, quien lo destinó con otros compañeros para fundador de la Real Casa de San Felipe de Neri de Murcia, en cuya ciudad (con pacto que tenia con el demonio) hizo muchos milagros aparentes. Suscitó la herejía del Presbítero Miguel de Molinos, español aragonés, con la que causó solapadamente innumerables estragos que lloró Murcia por muchos años. Con su obra cundió el “Quietismo”, herejía perniciosa; y el demonio lo sostuvo en buena opinión hasta su muerte, sucedida en Murcia el viernes 10 de junio de 1730. Fue enterrado con pompa fúnebre; se repartieron sus muebles como preciosas alhajas de un Varón Virtuoso, tal era su exterior y tales fueron los milagros que obraba en nombre del demonio, con que apoyaba su mala Secta. Pero luego que se verificó su fallecimiento fue declarada su herejía, y descubrieron sus maldades.
El Santo tribunal de la Inquisición mandó recoger todas sus alhajas y al siguiente año de 1731 desenterrado su maldito y hediondo cadáver fue quemado públicamente por mano del verdugo en el arenal de Murcia a presencia de mas de veinte mil almas que concurrieron atraídas de la novedad”. (Transcripción de Luís Martínez Rufete)
He subrayado al Presbítero Miguel de Molinos porque fue un importante escritor y teólogo. Creador del “quietismo” (movimiento místico), fue apresado en 1685 por el Santo Oficio y condenado en Roma a reclusión perpetua. Muchos cristianos adeptos a su movimiento fueron quemados en la hoguera de la Inquisición.
Esta va a ser mi primera ocasión de comprobar si lo contado por Montesinos es fiable ó fruto de su imaginación.... (continuará)
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